En el Hospital de Especialidades No. 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicado en Monterrey, Nuevo León, se le colocó neuroestimulador cerebral a un paciente de Párkinson, él cual tenía dificultades en su movilidad, lenguaje y un estado anímico ansioso y depresivo.
El cerebro de Carlos Treviño Treviño, tenía una funcionalidad de apenas un 15 por ciento por lo que no podía ni sostener una taza de café. Sin embargo, con la intervención quirúrgica de especialistas del IMSS en Nuevo León, Don Carlos vuelve a sonreír.
Un equipo multidisciplinario integrado por Neuropsicología, Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía del IMSS, realizaron todos los exámenes necesarios y, en sesiones colegiadas, determinaron la viabilidad de llevar a cabo la cirugía e implementación del neuroestimulador cerebral a Don Carlos.
El jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Especialidades No. 25, doctor José Remedios Cortés Cárdenas, comentó que la colocación del neurotransmisor cerebral en la unidad médica del IMSS Nuevo León, se realizó por primera vez con don Carlos, el proceso quirúrgico duró cerca de 10 horas.
El Dr. Cortés Cárdenas, quien estuvo a cargo de la cirugía en Nuevo León, detalló que ésta se realizó en dos partes. Primero, con el paciente despierto, se colocó un marco de estereotaxia (dispositivo metálico) en torno al cráneo para identificar las coordenadas específicas del cerebro y establecer con precisión el sitio donde se implantaría el neuroestimulador.
Mediante perforación en el cráneo y con el paciente aún despierto, se introdujeron en el cerebro los cables del dispositivo (electrodos) que emiten suaves estímulos eléctricos sincronizados, capaces de lograr una respuesta neurológica que mejora la capacidad motora.
“Con el paciente despierto, es momento de hacer los ajustes necesarios hasta que los neuroestimuladores queden exactamente en el punto preciso del cerebro para tener la mejor respuesta neurológica”, mencionó Cortés Cárdenas.
Una vez colocado el electrodo del neuroestimulador cerebral en el punto exacto, se anestesió al paciente para hacerle una cirugía tipo túnel subcutáneo del cráneo al pecho, con el fin de instalar la batería del dispositivo, en la zona subcutánea de la región pectoral.
El neuroestimulador cerebral funciona por medio de una batería que se conecta mediante WiFi a una tableta electrónica para verificar la funcionalidad del neuroestimulador colocado en el cerebro del paciente. La batería recargable tiene una duración de 15 años.
El paciente se dio de alta en la clínica de Nuevo León con la pila apagada, dado que había que esperar a que pasara un mes para que cediera a inflamación y, entonces, poder encender el dispositivo, programar la intensidad y la frecuencia de los impulsos del neuroestimulador que ofrecería mejor calidad de vida, precisó el neurocirujano del IMSS.
Gracias a la cirugía en donde se colocó neuroestimulador cerebral a Don Carlos, la funcionalidad de su cerebro pasó del 15 al 90 por ciento, y ahora no sólo puede sostener y tomar una taza de café, sino que se levanta sin dificultad, camina con su esposa y juega con sus nietos.
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