La vida de Santos Madero y su esposa tuvo un giro de 180 grados, luego de que el primero fuera víctima de un atropello que dejó en ruinas el único medio con el que sostenía a su familia: su triciclo de ventas.
La tragedia los golpeó hace 15 días cuando un conductor colisionó en la Carretera Nacional contra su vehículo de tres ruedas, proyectando a Santos a varios metros de distancia y reduciendo el triciclo a un metal inservible.
Acabando así con su rutina de cinco años, tiempo que la pareja lleva en la venta ambulante de tamales en calles de la colonia Los Cristales al sur de Monterrey.
Desde entonces, la incertidumbre y la angustia se han adueñado de él, pues tras el accidente, la aseguradora para obtener el reparo de los daños le solicitan la factura para validar su reclamo.
Desafortunadamente, el vehículo no fue adquirido comercialmente, sino que fue un regalo, lo que dejó a Santos sin la documentación requerida.
Las autoridades le aseguraron que lo apoyarían; sin embargo, han pasado dos semanas desde el accidente y aún no se han hecho responsables, dejando a Santos en un limbo de desesperanza y frustración.
A pesar de las adversidades, la comunidad ha sido un pilar fundamental para Santos y Juana, gracias a sus fieles clientes, quienes han sido testigos de la dedicación y esfuerzo del matrimonio , les obsequiaron lo necesario para seguir trabajando.
Para Santos, el dolor y la indignación siguen latentes y sigue en espera de las autoridades para que atiendan su caso.
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