Los restos mortales de Gregorio se encuentran sepultados en uno de los panteones de Monterrey, donde, aseguran, por las noches suele escucharse el sonido de un violín

Goyito, el niño violinista que ronda por calles de Monterrey

El estado de Nuevo León tiene un sinfín de leyendas qué contar cada que la ocasión lo amerite, sobre todo si nos acercamos a Halloween, fecha que cada vez toma más fuerza en México, pese a representar una festividad extranjera.

Y una de esas leyendas de las cuales podemos disfrutar en compañía de nuestra familia y amigos es del “Niño del Violín”, que habla del fantasma de un niño que suele aparecerse en el Panteón El Carmen, ubicado en el centro de Monterrey.

¿Quién fue el Niño del Violín?

Para entrar en contexto, es clave mencionar que el Niño del Violín es Gregorio Alanís González, un varón que nació el 17 de noviembre de 1895 en la comunidad de El Cercado, en Santiago, Nuevo León.

Fue hijo único de don Ramón Alanís Tamez y doña Manuelita González Rodríguez, una familia pudiente de la localidad.

Gregorio nació con un gran talento musical, pues tenía la habilidad de tocar el violín de una manera que hacía enorgullecer a su familia, quien lo consintió comparándole un instrumento Stradivarius, marca conocida por fabricar costosos instrumentos de cuerda.

Gracias a ese violín, el jovencito santiaguense logró interpretar piezas de artistas de la talla de Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, dos de los más grandes íconos históricos de la música.

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