La sequía provocada por la escasez de lluvias generó que este año, Nuevo León viviera uno de sus peores momentos de crisis en su historia.
La falta de agua que se registró desde el inicio de este 2022 y se extendió por más de 6 meses, obligó a las autoridades estatales a tomar medidas emergentes desde el pasado mes de marzo, a fin de aminorar el impacto y la afectación por este problema a la ciudadanía.
Como primera medida, el Gobierno del Estado, encabezado por el gobernador Samuel García, implementó a través del organismo de Agua y Drenaje de Monterrey, el Plan Hídrico, el cual, consistía en tener un mejor aprovechamiento y captación del vital líquido para asegurar el abasto de agua en todo el estado.
A estas medidas, se sumaron la perforación de pozos, los cortes de agua en horarios establecidos, la instalación de reductores en sectores con mayor consumo, y la detección de fugas o extracción ilegal del vital líquido.
Así mismo, en conjunto con la Federación, el gobernador Samuel García, anunció la inversión más de 15 mil millones de pesos para construir acueducto del Cuchillo II y 7,450 millones de pesos para agilizar la construcción de la Presa Libertad, con lo que dijo, se podrá garantizar una mayor cantidad de agua en los próximos años.
Finalmente, fue con el bombardeo de nubes y la regulación del servicios por parte de Agua y Drenaje de Monterrey que, sumado a las lluvias que se registraron a inicios del mes de septiembre, se logró aumentar los niveles de agua en la presa La Boca y Cerro Prieto.
Con estas medidas, el director de Agua y Drenajes, Juan Ignacio. Barragán, mencionó que se tiene garantizado el suministro de agua en todo el estado, durante los próximos meses.
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