Personaje de la cultura popular regiomontana, Romel ha llevado sus memorias a un libro: “Vida de perro… en rosa” (UANL).
Jorge Emilio Ruiz Guevara, el octavo de una familia de nueve, para quien en ese tiempo todo era fútbol y que un día en un viaje el puerto de Tampico le llegó el disco “With the Beatles” que le cambió la vida, hasta el chavo de secundaria que empezó a tocar la batería, son pasajes de su vida que se narran en esta obra.
En 1968, entró a la Escuela Industrial Álvaro Obregón, y con plena juventud enriqueció las aptitudes en su instrumento.
Así comenzó su andar como músico en Los Gervers, Terziopelo y Voz, Acuario 76, Tres+él y Huizache. Aunque ya otro público lo esperaba y el cual nunca dejaría: el infantil.
La vida de Jorge Emilio Ruiz Guevara dio un giro cuando empezó a trabajar como Pluto en la batería con el grupo del cantante de música para niños, Juan Pestañas; lo acompañaban Tribilín y Lonjitas.
Tras grabar discos, una invitación a hacer presentaciones en varias partes de la República generó un cambio en la agrupación de Juan Pestañas, pues requeriría cambiar los personajes, y con habilidad lo hizo, solo les puso peluche, uno de ellos de color rosa.
Y cómo Emilio llegó tarde a la repartición, Tribilín se convirtió en Luigi, el marranito no tuvo problemas y el de la máscara rosa le tocó a él.
Al principio no le agradó del todo, pero en un show, aún sin nombre, una niña le cambiaría esa percepción, pues no paraba de decirle a ese enorme y amigable perro con cabeza color rosa: Romel, Romel, y así quedó bautizado allá por 1978 por una niña como Romel.
Y a él le encantó la idea y con orgullo dijo que iba a ser el perro de Monterrey.
Y esa curiosidad, el nombre y el color le agradaron a la gente, tanto que, a lo largo de 18 años, este personaje apareció en programas como “El maravilloso mundo de Juan Pestañas”, y además en uno en el que el titular era su hermano: “Cari Cari con Betín”, que empezó sus transmisiones en 1984, en Canal 28.
Hay muchas anécdotas con su hermano el payaso Betín, a quien recuerda en estas páginas con afecto y admiración.
De este dúo se trae a la memoria cuando Romel interpretaba “¡Cállate ya!” y le dejaba el micrófono a su hermano Betín, para que hiciera playback con “New York, New York”, tanto en el programa de TV como en algún evento masivo.
Debido a que Betín enfermó, Romel lo sustituyó en las últimas emisiones. En 1991 este programa llegó a su fin.
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